El modelo SMART determina las prioridades de un equipo de trabajo, ayuda a que los objetivos sean medibles y, al mismo tiempo, sirve de guía. En definitiva, permite tener presentes los elementos indispensables a la hora de definir un objetivo.
Cuando empezamos a trabajar en un proyecto es vital marcarnos metas que nos ayuden a visualizar nuestro futuro. Y para poder alcanzar esas metas, nos imponemos unos objetivos. Sin embargo, a veces esos objetivos no están bien definidos, no son precisos o claros.
El método SMART se refiere a las cinco características que tiene que tener cada uno de los objetivos que nos marcamos para conseguir nuestras metas:
- Specific (específico): ¿Qué quieres conseguir?
Tu objetivo tiene que ser concreto. Imagina que se lo cuentas a alguien, esa persona tiene que entender qué quieres hacer y cómo a la perfección. - Measurable (medible): ¿Qué indicadores miden su eficiencia? Tu objetivo se tiene que poder medir. Igual que tu meta. Esto puede ser algo complicado a veces, utilizar porcentajes puede ser una buena manera de medir. Por ejemplo, «aumentar el número de seguidores en mi perfil de Facebook» no es un objetivo medible; «conseguir 200 seguidores en 2 meses» sí lo es.
- Attainable (alcanzable): ¿Es razonable? Establecer metas casi imposibles puede ser algo muy frustrante para el equipo. Por ello, antes de establecer tu objetivo es conveniente que hagas un análisis para saber si, a pesar de ser ambicioso, es posible y alcanzable.
- Realist (realista): ¿Por qué le interesa a tu empresa? Sé consciente de los recursos con los que cuentas para lograr tu objetivo. Sé realista y confía en que podrás alcanzarlo. Aquí la motivación tiene un papel muy importante.
- Time Based (tiempo): ¿Cuándo se puede conseguir?
El tiempo determinará si cumples o no tu objetivo y te ayudará a marcar las distintas etapas para conseguirlo.
Si tu objetivo no cumple estas cinco premisas, entonces puede que no sea un objetivo eficaz. Haz que lo sea y ¡mucha suerte!