Cómo mantener una conversación difícil en tu trabajo
En el ámbito laboral, enfrentar conversaciones difíciles es un desafío que todos/as debemos aprender a manejar. Estas interacciones a menudo surgen cuando los puntos de vista de los/as compañeros/as de trabajo chocan, lo que puede llevar a malentendidos y conflictos. Esto es especialmente complicado si se trata de tu propio negocio.
En este artículo hemos querido explorar pautas efectivas para mantener conversaciones difíciles y las dificultades comunes que pueden presentarse durante el proceso.
Pautas para una conversación efectiva
La preparación es clave para abordar una conversación difícil. Antes de interactuar con tu interlocutor, es fundamental hacer un trabajo de introspección. Pregúntate “¿vale la pena plantear esta conversación? ¿Cómo impacta este problema en mi trabajo a corto o largo plazo?” Reflexionar sobre estas preguntas te ayudará a aclarar tus objetivos y a entender si la conversación es realmente necesaria.
A continuación, aquí hay algunas pautas que te ayudarán a gestionar la conversación de manera más productiva:
- Identifica y expresa tus emociones: Antes de iniciar la conversación, reconoce tus sentimientos. Es posible que expresar tus emociones no te resulte natural, pero ponerlas por escrito puede facilitar el proceso. Al ser consciente de tus emociones, podrás gestionarlas mejor durante la conversación.
- Toma la iniciativa: Al cambiar tu propia mentalidad, aumentas las probabilidades de que la conversación sea constructiva. Comienza agradeciendo a la otra persona por su tiempo y disposición para dialogar. Esto muestra respeto y establece un tono positivo.
- Define el problema claramente: Insiste en adoptar una actitud respetuosa. Describe el asunto desde tu perspectiva de manera concisa y clara. Asegúrate de hacer pausas para preguntar si has interpretado algo mal; esto puede abrir la puerta a un diálogo más fluido.
- Escucha activamente: Una vez que hayas compartido tu perspectiva, invita a la otra persona a hacer lo mismo. Escuchar activamente sus opiniones y preocupaciones no solo fomentará un ambiente de respeto, sino que también te permitirá identificar posibles puntos en común.
Dificultades que pueden surgir durante la conversación
A pesar de seguir estas pautas, las conversaciones difíciles a menudo pueden volverse complicadas de lo esperado. Aquí hay algunas de las más comunes:
- Emociones intensas: Las emociones suelen estar a flor de piel durante las conversaciones laborales complicadas. Las reacciones de evitación o confrontación directa pueden dificultar la comunicación. Si reconoces tus emociones y las de tu interlocutor, podrás gestionarlas mejor, lo que facilitará una conversación más calmada.
- Diferencias de perspectiva: Es fundamental entender que cada persona tiene una visión única de la situación. Puede que no sepas cuál es la perspectiva de tu colega, lo que puede provocar malentendidos. Desarrollar empatía al intentar comprender el punto de vista del otro es crucial para resolver diferencias.
- Tensión entre personalidades: Colaborar con alguien cuyo estilo de trabajo o personalidad es muy diferente puede generar tensiones. La clave está en reconocer estas diferencias y utilizarlas como una oportunidad para estimular la creatividad y buscar soluciones innovadoras.
Conflictos de intereses: A veces, los intereses de cada miembro del equipo pueden entrar en conflicto. Factores externos, como compromisos familiares o problemas de salud, pueden influir en el comportamiento de un colega y afectar la dinámica del equipo. Es importante abordar estos temas con sensibilidad y comprensión.
Estrategias para navegar las dificultades durante la conversación
A medida que avanzas en la conversación, aquí hay algunas estrategias adicionales que pueden ayudarte a navegar las dificultades que puedan surgir:
- Mantén la calma: Si la conversación se vuelve tensa, respira profundamente y recuerda que mantener la calma es fundamental. Tu comportamiento puede influir en la respuesta de la otra persona. Si sientes que te malinterpretan, expresa tu preocupación y pregunta si no estás siendo claro.
- Reconoce tu papel en el problema: Reflexiona sobre tu contribución al conflicto. Elaborar un esquema de los temas y emociones básicos puede ayudarte a tener una visión más objetiva y abordar la situación con más claridad.
- Busca compromisos: Algunas conversaciones pueden ser tan complejas que el mejor resultado inicial sea el compromiso de continuar dialogando. Establecer compromisos claros con tu interlocutor puede abrir la puerta a futuras interacciones más constructivas.
En conclusión, las conversaciones difíciles son una parte integral del entorno laboral. Con la preparación adecuada y el entendimiento de las dificultades que pueden surgir, es posible transformar estas interacciones en oportunidades de crecimiento y colaboración.
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